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martes, 6 de julio de 2010

Génesis "Morgan"

Aqui os traigo el siguiente capitulo del libro del Génesis de mi amigo Sergio, espero que os intrigase la primera parte y que esta no os deje tampoco indiferentes.
Y sin mas dilaciones, solo pediros que no os reprimais en comentar que os parecio, porque tanto Sergio su autor, como yo, estaremos encantados de saber su opinion.
Besos a todos

Irene

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Morgan.




Subterráneos del Sagrado Templo Druid del Ulster.
Irlanda del Norte ( año 1299 DC)



“Mi nombre es Morgan, y soy un Druida. Han pasado más de 80 estaciones desde mi rito de nacimiento. Pienso en ello cada vez que veo mis manos cuando paso de pagina algún viejo volumen de ocultismo, en realidad no solamente el dorso de mis manos están cubiertas de runas, sino mi cuerpo entero, exceptuando el cuero cabelludo, las plantas de los pies y las palmas de las manos. De hecho; mi rostro está tan cubierto de dibujos y cicatrices rituales que mi aspecto es… como lo diría; al menos perturbador. Aunque esto no me preocupa demasiado, he pasado la mayor parte de mi vida encerrado voluntariamente en este sagrado recinto estudiando y aprendiendo las artes ocultistas y otros conocimientos. Me parece increíble pensar que toda esta sabiduría se perderá cuando yo muera. Ahora yo soy el Gran Maestre de los Druidas de Eire, aunque es un honor que alcancé forzosamente hace apenas dos lunas.

Estoy solo, todos mis hermanos han muerto, el último en abandonarme fue mi apreciado Stain que fue como un padre para mí.

Los oráculos están mudos, la maldita “nueva Fe” ha hecho estragos en la magia, lo sobrenatural se ha separado casi por completo de lo material, afortunadamente las runas siguen con su antiguo poder aunque no sé cuanto ha de durar esto….”


Extracto del Diario de Morgan
quincuagésimo sexto Gran Maestre
Druid de Eire (y posiblemente el último)


Mientras repasaba su última anotación en el diario Morgan pensaba que debería marcharse lejos de ese lugar, quizá en la Galia, en Chartres encontrara alguno de los suyos. Antiguamente los druidas se reunían allí anualmente, antes de la prohibición y de las acusaciones de brujería.

Una sensación de escozor en la piel interrumpió sus pensamientos. Era leve, apenas perceptible, como si unos hilos de telaraña le rozaran la epidermis. Los signos mágicos de protección tatuados en su piel empezaron a iluminarse, anunciando un peligro. Su resplandor era leve, difuso al principio, pero claro.

- Realmente deberías dejar este decrépito lugar Morgan-

Morgan se sobresaltó, la voz no había sonado en sus oídos, sino en el interior de su cabeza. Se puso alerta, invocó el poder de las runas que crepitaron en la sala iluminándola con su reconfortante luz azul. Dónde antes no había sino un rincón a oscuras ahora se presentaba a su vista la figura de un hombre, ¿o no era un hombre?, en todo caso no parecía un ser vivo, aunque se movía con soltura. Era alto y de constitución fuerte, rubio y con ojos marrones, vestía una túnica larga oscura con una amplia capa con capucha del mismo color, y su cara era más amable que severa pero demasiado pálida como para ser humana.


- Muy impresionante- dijo la figura, esta vez con los labios – aunque un poco espectacular, ¿no crees? –

- ¿Quién o que eres, y como has atravesado las protecciones mágicas de la entrada? – Preguntó el druida a su vez mientras preparaba mentalmente un hechizo defensivo.

El hormigueo de sus brazos se hizo casi enloquecedor, como si corrieran por su piel las patas diminutas de un millón de arañas. Los signos mágicos de su piel se encendieron con tal fuerza que su resplandor iluminó por completo la habitación. Las runas estaban actuando para protegerle ante el posible peligro. Morgan pensó para si que aquel ser debía de ser muy peligroso pues sus tatuajes nunca habían reaccionado con tanta intensidad ante nada.

- Mi nombre es Celestín y si has estudiado alguno de los libros encuadernados en negro del fondo de tu biblioteca ya deberías de haberme reconocido como uno de los no-muertos- comentó el desconocido con gesto tranquilo desde la esquina opuesta de la habitación.

- Claro, ahora recuerdo. Eres un Vampyr – contestó el mago con un deje de temor en la voz - Te advierto que he estudiado sobre vosotros, si intentas algo sé como detenerte. Y además; soy un mago de gran destreza.-

De repente, como un borrón, el vampiro se acercó a una velocidad sobrenatural casi sin pisar el suelo. Morgan quedó paralizado por el miedo.

- Llevo un tiempo observándote y si, tienes razón, eres un mago de gran destreza, por eso creo que serás perfecto…- dijo mirándole directamente a los ojos a un palmo de distancia – ahora, ¿porqué no descansas y “duermes” un poco? El viaje será largo….-

Extrañamente los tatuajes de su piel habian dejado de brillar y Morgan no podía mantener los ojos abiertos, de repente el sueño se apoderó de él mientras seguía escuchando su voz tranquila y pausada.
La oscuridad se adueñó de su mente…



Clan Tremere


Capilla Tremere de Londres (1299 DC)


“Hace muy poco que los Tremere están entre los Cainitas. No fue hasta 1022 cuando los primeros vampiros Tremere fueron creados (o más bien se crearon a sí mismos) mediante la magia y el engaño.

Asesinaron a un antiguo Tzimisce y viviseccionaron a dos aprendices de mago a los que habían hecho ser Abrazados. Los experimentos dieron como resultado una pócima que permitió al magus Tremere convertirse a sí mismo y a sus siete más cercanos seguidores en no muertos.

Una vez descubierto el precio que habían pagado por su recién ganada inmortalidad, los nuevos Tremere se dispusieron a recrear los poderes que habían conocido en vida. El resultado fue la Disciplina mágica que ellos conocen como Taumaturgia. Sin embargo, Tremere no estaba satisfecho. Sabía que los nuevos vampiros se hallaban en grave peligro, y quería reforzar su posición en la jerarquía Cainita. Tras largas búsquedas e investigaciones supo cómo los demás clanes habían conseguido su estabilidad: mediante un anciano fundador. Descubrió el lugar donde dormía Saulot, el fundador de los Salubri, y decidió que el pacífico vampiro sería el mejor objetivo para sus planes. Rastreó a Saulot hasta su escondite y lo diablerizó, bebiéndose su alma y pasando a convertirse en un 3ª generación. Todas las referencias coinciden en que Saulot murió pacíficamente y sin oponer resistencia, aunque los Tremere quedaron horrorizados por la visión de su tercer ojo abriéndose y clavando su mirada sobre ellos.

La guerra que siguió a todo esto ha continuado durante casi dos siglos. Los Gangrel y los Tzimisce -los clanes más fuertes de Hungría- han dirigido la lucha contra los advenedizos, pero sin conseguir derrotarles. Los Tremere han pedido ayuda a la Orden de Hermes, un círculo de magos mortales de los que aún Forman parte, y cuentan con la protección de su magia y la de sus ejércitos mortales.

Durante este período, el poder de los Tremere se ha expandido. Ahora cerca de la mitad de los magos leales a Tremere han sido Abrazados, y unos pocos siguen todavía en contacto con sus camaradas de la Orden de Hermes. También han sido Abrazados otros magos e introducidos en el clan. Y, quizá lo más importante de todo, los Tremere han creado nuevas tropas cíe choque... las monstruosas Gárgolas.”


Extracto del Capítulo 7: “Clan Tremere” del libro
“Clanes Vampíricos” autor desconocido
Gran Biblioteca Tremere de Ceoris



Celestín caminaba absorto por el pasillo, acababa de dejar al recién reclutado mago aún bajo los efectos del hechizo de sueño en una habitación especialmente preparada para estos casos; esta se hallaba protegida por la poderosa magia Tremere, y la puerta estaba bien atrancada por fuera y sellada mágicamente.

Al pensar en el joven mago Celestín no pudo evitar recordar con añoranza cuando él mismo era un mago mortal de la Orden de Hermes, entonces su poder era grande, aunque nada comparado con el que poseía ahora. El mismísimo Etrius, mano derecha de Tremere, le había dado el abrazo hacía ya cientos de años.



La mano de Celestín se acercó involuntariamente a su pecho y acarició el medallón que colgaba de su cuello debajo de la túnica. Era algo instintivo, el abalorio era un regalo que su Sire le había hecho al poco de su abrazo y había pertenecido a Etrius durante mucho tiempo. A través de él Celestín podía comunicarse telepáticamente con Etrius a cualquier distancia.

De hecho, no hacía ni una hora que había hablado con él. Las instrucciones de Etrius eran claras, debía comunicar a Meerlinda (la regente de la Capilla Tremere de Londres) que tenía permiso del circulo interno para proceder a la creación de un nuevo vampiro en la persona de Morgan. Después de darle el abrazo y vincularle con sangre debía volver lo antes posible a la Capilla de Ceoris en Hungría, donde el mismo Etrius se encargaría de vincular al nuevo recluta con su propia sangre.

Celestín estaba ansioso por volver a Ceoris, le apasionaba mucho recorrer el mundo en busca de artilugios mágicos y libros esotéricos, pero después de varios años ausente añoraba su puesto de Bibliotecario de la Gran Biblioteca Tremere de Ceoris al fin y al cabo él era un estudioso nato.
- Puede que esto fuese lo que me impulsó a elegir a Morgan como futuro chiquillo, se parece tanto a mi cuando era joven… – pensaba el Taumaturgo mientras se detenía ante la gran puerta de madera con el escudo del Clan Tremere grabado en el centro que daba acceso a la cámara privada de Meerlinda.

Celestín llamó tímidamente a la puerta, aunque sabía que esto no era necesario, Meerlinda era uno de los miembros del Consejo de los Siete (al igual que Etrius) y era la encargada de gobernar las Islas Británicas, luego su poder superaba con creces el suyo. El bibliotecario no tenía ninguna duda de que Meerlinda hacía rato que sabía de su presencia al otro lado de la puerta.

-Adelante Celestín – se oyó una voz de mujer del otro lado de la puerta.

Celestín abrió la puerta y entró en la estancia. Meerlinda se encontraba sentada detrás de un gran escritorio de roble escribiendo en un pergamino. El Tremere esperó respetuosamente a que la regente acabase su tarea, al cabo de unos minutos Meerlinda dejó la pluma en el tintero, esparció un puñado de arena sobre el pergamino y comprobando que la tinta estaba totalmente seca enrolló este con sumo cuidado y lo depositó junto a otros rollos similares que se apilaban junto al escritorio.

Entonces miró fijamente a Celestín y le preguntó directamente: - ¿Y bien Celestín? ¿Cuáles son las instrucciones de Etrius? – Meerlinda era una vampiro tremendamente practica que no se andaba con rodeos.

Era increíble como aquella mujer de ojos negros como la noche lograba penetrar en lo más profundo de su mente con tanta facilidad.

- Debo partir hacia Ceoris dentro de tres noches. A menos que su excelencia tenga algún asunto que mandarme más importante que la llamada de mi “Sire”- Celestín recalcó la palabra Sire, nunca estaba de más recordar a Meerlinda que él era el chiquillo del jefe oficioso del Consejo.

- Además – prosiguió – Debo dar el abrazo al magi capturado y llevarlo a presencia de Etrius –

- Bien, bien, no tengo inconveniente en ninguna de ambas cosas. Puedes llevarte al nuevo recluta. Ah y saluda a tu “Sire” de parte de su hermana Meerlinda- contestó la regente con una ligera sonrisa al final de la frase.

Celestín salió de la sala con una reverencia y se encaminó hacia sus aposentos, esa misma noche convertiría a Morgan, tenía tanto que enseñarle…

1 comentario:

Yaiiza dijo...

Tanto que enseñarle ... ahahahah
me encanta , muy interesante y ... es que no tengo palabras para describirlo , jajjjaja ,
que sepas que tus palabritas me encantan , siempre en mi blog, la primera siempre .
Te quiero y publica pronto porfis !
Tu Yaicita