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lunes, 31 de mayo de 2010

Capitulo 9 Y en la otra vida




Capitulo 9

El accidente


Los dos fuertemente abrazados, con nuestra piel cubierta por el pringoso sudor del placer, nos regalábamos besos tiernos y suaves.

Entonces caí en algo que no había pensado antes, en el bolsillo de mi pantalón, que en este momento estaba tirado en el suelo, se encontraba el broche de plata, me levante despacio, separándome de ella con un punzante dolor, y después de sacar la cajita del bolsillo, la escondí en mi palma y me dirigí a su lado de nuevo.

No pudo ver lo que yo escondía, pero puso ojos de curiosidad,

_ ¿Qué escondes ahí Señor Meeden?_ pregunto mientras acariciaba la zona cercana a mi ombligo.

Yo me estremecí y quede a su disposición en un segundo, me provocaba las sensaciones más devastadoras del planeta, ella era tan perfecta. Me posicione de rodillas en la cama y la cogí de las manos, mientras miraba sus ojos con mucha intensidad.

_ Tengo algo para ti, es una tontería sin importancia, pero simboliza el amor mas grande y puro que un hombre tendrá nunca por una mujer, que yo tengo por ti, Sam.

Extendí mi mano y ella abrió su palma, deje caer en ella la pequeña cajita negra, y sus ojos incluso antes de saber de que se trataba, ya se habían humedecido.

El miedo recorrió mi cuerpo, ¿quizás ella esperase otra cosa? ¿Tal vez no seria todo lo bonito a como yo lo había visto?

Abrió la tapa muy espacio y soltó todo el aire de sus pulmones en un suspiro, sus ojos derramaron un torrente salado y con la voz entrecortada por el llanto,

_ Es…..precioso, ¿Por qué…..?_ dijo casi sin poder articular palabra

_ Por que te quiero, y quiero que tengas algo que te recuerde a mi, en los momentos que no estamos juntos_

No se como interpreto mis palabras, pero sus facciones cambiaron por completo, convirtiéndose en la viva imagen del día anterior en su llegada al instituto, cambiándole hasta el color de la piel.
Sus manos taparon su rostro y empezó a sollozar compungidamente, el dolor de su llanto era sobrecogedor y no supe que hacer ni que decir.

_ Cariño, dije algo que no estuvo bien, si no te gusta no tienes porque quedártelo._ dije con desesperación.

Pero ella no podía articular palabra, ni siquiera me miraba, escondida entre sus manos aun.
Hice lo único que se me ocurrió, abrazarla para que todo pasase, callado, expectante, dañado por su estado.

Pasaron más de diez minutos cuando alzo su rostro y me beso con fuerza, respondiéndola yo en el acto. Nuestro beso era violento, necesitado, no entendía que era lo que la pasaba, pero si tenerla así funcionaba para calmar su alma, así estaría de por vida.

Una cosa llevo a otra y nuestros cuerpos volvieron ha ser invadidos por el placer y el deseo.
En uno u otro momento del acto ella dejo escapar las palabras,

_Mike, te quiero mas que a nada en el mundo, y pase lo que pase, siempre será así. Llevare tu regalo conmigo hasta el fin de mis días. No te puedes imaginar lo que significa en estos momentos para mi_ hablando entre jadeos

Pero yo no entendía su reacción, se suponía que eran cosas buenas, felices, y ella se comportaba como si le hiciera daño lo sucedido, me tenia tan confundido.

Cuando nuestros cuerpos ya no podían seguir mas, intente que me explicara lo que la había pasado y me dijo con no demasiado convencimiento, que eran las hormonas que la sacaban de quicio, pero no supe si creerla, había sido tan intenso y desorientado.

Nos duchamos uno detrás del otro, puesto que no creía que si lo hiciéramos juntos, llegaríamos a ducharnos de verdad. Una vez relajados y frescos por el agua, decidimos bajar al piso de abajo a ver algo de televisión, agarrados en el sillón y completamente felices.

Después de un rato no muy largo, se quedo dormida en mis brazos y yo me dedique a observarla.
Paso más de una hora en esa postura y el sobresalto llego, con unas llaves en la cerradura de la puerta de la calle. Sus padres acababan de llegar, y mucho antes del tiempo predicho.

Desperté a Sam y esta estaba tan desorientada, que no se dio cuenta de los que pasaba, hasta que su hermano estaba ya en el salón, nos incorporamos rápidamente y esperamos a que sus padres nos vieran, no pude reprimir a mis ojos a que mirasen en todas direcciones, para comprobar que todo estaba en orden y a mi mente que visualizara el piso de arriba para lo mismo.

Gracias a Dios, creo que recogimos todo antes de la inesperada visita, y un suspiro de calma y
descanso recorrió mi cuerpo.

Sam no tenia la misma sensación que yo, seria seguro por el hecho de encontrarnos sus padres solos en una casa vacía y con las expectativas de la perdida de la virginidad de su hija.
Y que poco equivocados estarían sus padres si era ese su pensamiento, por un momento me sentí monstruo, pero era inevitable, la atracción de nuestros cuerpos, de nuestras vidas, no la podíamos ignorar. Además, mis intenciones con su hija, iban mas allá de una noche de pasión, de un mes de relación, de un año de compañía, yo quería todo, y por siempre, hasta que la muerte me la arrebatara o me llevara a mi.

No habría hombre en el mundo que quisiera y cuidara más a su hija que yo, y eso tenia que contar algo ¿no?
Si por alguna casualidad, sus padres se llegaran a poner violentos con mi amada, por mi presencia en su casa, no me importaría lo mas mínimo, relatarles con pelos y señales, mis intenciones de futuro con su Sam, con mi Sam.

Pero la cosa no tubo que llegar hasta ese extremo, mis suegros sonrieron a mi presencia y por el contrario a la reacción de mi novia, que esperaba verla feliz por la no reprimenda, empezó a ponerse nerviosa, y empujándome hacia la calle, casi no me dio tiempo a despedirme adecuadamente de su familia. Las palabras de su madre quedaron sin respuesta y eso me confundía aun mas, era tan extraño el comportamiento de mi novia.

Una vez en la calle, en la acera de su puerta, la bese en los labios, con el principio del dolor apareciendo, por la pronta separación, pero me fui feliz, el día me había regalado un recuerdo que jamás nada podría nublar.

Quede con ella en verla al día siguiente, no me permitió volver a su casa y quedamos en la mía, no me hacia gracia que andará sola por ahí, pero ya creía que me había dado mucho y ahora tenia que ser yo quien la diera todo lo que me pediese.

Al llegar a mi casa, me sorprendió no oír a mi madre en la cocina, y el coche tampoco estaba, me adentre en mi habitación desplomándome en la mullida cama, rememorando los acontecimientos del día con una sonrisa tallada en mi rostro, y me quede dormido por lo placentero de mí pensar.

Me despertó el timbre de la puerta, y comprobé que era ya muy tarde para ninguna visita, antes de que despertaran a mi madre, salí corriendo por el pasillo, tropezando con uno de los muebles y maldiciendo en voz baja por el dolor de mi espinilla.

Pero la persona que se situaba en el otro lado de la puerta, si que no me la esperaba, era mi vecina, una de las gemelas Whiech, con bata y rulos, su expresión dejaba claro que no traía buenas noticias.

_ ¡¡¡Ooh!!! Querido, suerte que estas aquí, me han llamado del hospital, tu madre ha tenido un accidente, esta ingresada en el Saint Louis Playbourow. Estuvieron llamando a tu casa, pero no da la señal._

Mis ojos rodaron en dirección al teléfono e inconscientemente cogí el auricular y me lo puse en la oreja, para verdaderamente comprobar que no tenia línea, un gesto entupido, si, pero me encontraba en estado de shock, mi madre estaba ingresada, un accidente, ¿Qué quería decir eso?
Y ¿Cuánto tiempo llevaría sola?

No conteste a los interrogatorios de mi vecina y cogiendo unas cuantas cosas, me despedí de ella, sin hacerla mucho caso y empecé a correr por la calle, en busca de un taxi.
Tuve que correr tres manzanas, hasta que por fin di el alto a uno, y me llevo lo más rápido posible hasta el hospital.

Mi madre no estaba del todo mal, había sido un golpe en su vehiculo, la habían sacado de la carretera, un coche saltándose un stop y este había envestido al pobre utilitario de mi madre.
Según los médicos, todo el daño se encontraba en sus piernas, el resto del cuerpo solo había sufrido arañazos y algún que otro morado. Pero una de sus rodillas necesitaba una operación urgente, que le practicarían en la mañana, y una escayola en la otra, puesto que se había fracturado el hueso. Era seguro que mi madre pasaría mucho tiempo bien sentadita.

La consolé como pude y la dije que todo pasaría pronto, además no había pasado nada para lo que podría haber sido, había que dar gracias por ello.
El accidente no venia en el mejor momento, nuestros escasos ahorros eran una pena y la única persona después de mi, que podía ayudarnos en casa y en su cuidado, era mi tía que se encontraba en el otro extremo del país, por motivos también personales, incluso mi primo el perfecto, se había ido con ella.

Mi madre solo me tenía a mí, y yo la cuidaría pasase lo que pasase.


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Bueno, lo primero pedir disculpas a todos los lectores de esta mi historia, he tardado en publicar por la falta de tiempo y por que mi otro blog me lleva de cabeza, jajaja

Se que no tengo escusa, pero tambien se que me perdonaran, quiero mandar un beso a una persona muy especial, una ferviente admiradora de "Y en la otra vida", cariño todavia recuerdo cuando me contaste que te la habias leido dos veces, gracias mi princesa, ella se llama Leire y la tendre siempre dentro de mi corazón.

Espero que os haya gustado el rumbo que esta tomando mi historia y os adelanto que ya no sera todo tan delicado y feliz, pero por supuesto si con mucha emocion y suspense. Gracias a todos por leerme y no duden en absoluto en comentar que les parecio.

Besos, Irene

sábado, 29 de mayo de 2010

premios

¡¡¡Oohh!!!
Gracias Lap, estos premios son muy especiales para mi, por darmelos para mi blog personal, se que este blog no tiene tanta audiencia como el de esperado, por eso agradezco doblemente tus atenciones.

UN beso grandisimo cariño y de verdad me encantaron,
visitenla en su blog:
Mas alla del crepusculo







jueves, 27 de mayo de 2010

Las princesas delicadas (Parte 2)




Las princesas delicadas (Parte 2)


En el castillo reinaba la seriedad y el lamento. Los súbditos del Rey, lloraban a escondidas por la perdida de la cordura de su soberano, eran días muy tristes aquellos.

Un día muy soleado en el que los pajarillos obsequiaban a las gentes con cantos preciosos, los cascos de un caballo retumbaron por el camino de entrada de palacio.
Un caballero alto y rubio se acercaba a las puertas de entrada, llamando con urgencia en ellas.

Le dieron paso y la Reina Marigold le atendió, puesto que su esposo no se encontraba del todo bien.

El caballero tenía unas noticias verdaderamente buenas, para la tranquilidad de los reyes, había descubierto un antídoto para la delicadeza de sus princesas.

La Reina estallando de júbilo, fue en busca de su marido y juntos oyeron la historia que aquel hombre les contaba.

En un lado de las montañas del norte del reino, había un pantano, que contaba con la leyenda de ser habitado por un terrible monstruo, pero como nadie se había atrevido a llegar hasta allí, no se podía saber con exactitud, y los pocos que lo habían intentado no tuvieron regreso, haciendo con esto que nadie mas lo intentara.

El caballero contó que dentro de aquel lago había una planta, que daba fortaleza a quien comiera de sus pétalos, una flor de color negro y tallo rojo, preciosa, pero muy peligrosa, puesto que si se tocaba su tallo con las manos desnudas, quedabas envenenado, ocasionando la muerte después de unos meses de enfermedad.

El Rey Olías, hizo correr la voz por todo su reino, y por reinos vecinos también, que se presentaran los hombres mas fuertes y valientes, para ir en busca de tan preciada medicina.

En recompensa a tamaña demostración de valor y coraje, el Rey ofrecería la mano en matrimonio de sus hijas. Este dato hizo que muchos caballeros se acercaran a palacio, para ofrecerse en cumplimiento a esta tarea.

Pero el Rey Olias, no encontraba a ningún caballero del todo idóneo, y después de unos días los reyes empezaron a estar algo desilusionados.

Muchos hidalgos habían iniciado por cuenta propia, la misión de encontrar la valiosa flor, pero sin ningún éxito e de decir.

Al cabo de dos meses de búsqueda, se postraron en presencia de los Reyes, tres hermanos, los príncipes hijos del Rey Abuel, que tenían su reino no muy lejos de allí.

En verdad eran unos nobles bien parecidos, el mayor se llamaba Dorfhin, y era muy apuesto y gentil, el mediano tenia por nombre Ernest, y era un muchacho muy risueño y valiente donde los hubiese, y por ultimo pero no menos importante, se trataba de Gabriel, el mas leal y bondadoso de todos los hombres.

Al rey le parecieron unos candidatos perfectos para el trabajo y ofreciéndoles los caballos más rápidos y las armas más efectivas, los despidió, dándoles ánimos y apoyo.

Los tres príncipes galoparon con rapidez, hasta llegar al misterioso pantano, y cual fue su sorpresa cuando vieron a una serpiente enorme, emerger de las aguas cenagosas, tenia el cuerpo lleno de escamas y una gran boca, plagada de dientes afilados.

Blandiendo sus espadas lucharon contra la serpiente, en una batalla encarnizada, en la que el pobre Ernest resulto herido en un brazo, pero después de varias horas en la batalla, los príncipes acabaron con el monstruo y le dieron muerte.

Gabriel el mas pequeño de los hermanos, se adentro en las negras aguas del pantano y después de unos minutos para sus hermanos eternos, emergió con la ansiada flor entre sus manos, pero no le dio tiempo a llegar a la orilla, cuando este se desplomo contra el suelo, había tocado el rojo tallo, y el veneno le hizo desfallecer.

Dorfhin ayudo a sus hermanos a subir a los caballos y se encaminaron de vuelta al castillo de Olias.

El más feliz de todos los reyes, los atendió y curo todas sus heridas, pero no pudo hacer nada por el pobre Gabriel, que había entrado en un coma profundo.

Los médicos de la corte, prepararon el ungüento para la curación de las princesas y después de unas horas de su ingesta, estas perecieron resurgir, convirtiéndose en las bellas y fuertes mujeres que nunca fueron.

La princesa mas pequeña, Ahmis, se quedo muy preocupada por el estado del pobre Gabriel, e hizo que los doctores le administraran un poco de aquel brebaje que ella misma había tomado, para así comprobar si en el muchacho tenia efecto también.

Pero esto no sucedió, el príncipe siguió sumido en el sueño mas profundo.

Después de haber pasado unos días, una anciana del bosque, un hada, fue a visitar el castillo. La mujer mayor vio el estado en el que se encontraba Gabriel, y dijo que la única cosa que podía resucitarlo, era recibir un beso de amor verdadero.

El Rey Olias quedo muy decepcionado, no se sabia quien podría estar enamorado de aquel joven y eso dificultaba las cosas.

Pero después de mirar a su hija Ahmis, como cuidaba del príncipe, comprendió que el antídoto a aquel sueño, lo tenía delante de él.

Ordeno a su hija que besara al chico, y esta muy avergonzada, cumplió la orden de su padre.

Gabriel despertó de su letargo y comprobó por primera vez lo bella que era su salvadora, quedando de este modo profundamente enamorado de ella.

Al cabo de unos meses de noviazgo, los tres príncipes contrajeron matrimonio con sus princesas, celebrándolo con la fiesta más glamorosa y feliz.

Todos en el reino de Olias eran de nuevo dichosos, y el futuro se presentaba como el mejor de todos los sueños y espejismos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


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Bueno ahora si ha terminado el cuento infantil, esta segunda parte se la podemos agradecer a una niña muy especial, que cuando leyo la primera dijo: "Mami, y ¿cuando sale el principe?" eso me rompio el corazon y no pude mas que hacerla caso y traer al principe esperado.

Por lo tanto este cuento es para mis niñas Leire y Nadia, chicas las quiero un millon, muchos besos.

Espero les guste como acabo la historia.

sábado, 22 de mayo de 2010

Para Isabella (de Christian)

A un imposible


Christian



Me Gusta Cuando…

Me gusta cuando duermes

Porque estas tranquila

Tu mente es más clara

Tu faz más intensa.



Me gusta cuando duermes

Porque eres más pasiva

No miras mi cara

Dejas de ser propensa.



Me gusta cuando despiertas

Porque estas distraída

Dejas de mentir

Y te vuelves sincera.



Me gusta cuando despiertas

Porque estas como ida

Piensas en salir

Por la puerta trasera.



Nocturno



1

Yo necesito decirte que te amo

Que durante las noches lloro

Comienzo a volverme loco

Me levanto de mi lecho

Doy vueltas en mi cuarto.



2

Cuando llueve es aun peor

Son las noches más tristes

Tan obscuras y sombrías

Que pienso que el cielo llora

Solloza junto a mí.



3

Otros días veo salir la luna

Y su luz se cuela por mi ventana

De entre los arboles:

Pálida y hechizante

Traslucida y desvaída.



4

Mi voluntad se pierde en la nada

Tú retornas hacía mí

Regresan los recuerdos

El amor reaparece

Tú apareces.


5

En el mejor momento despierto

Tú te desvaneces lentamente

Entonces me quedo solo

Solo, agónico…

Y lo lamento todo, todo



Bajo tus recuerdos


Podría sollozar todo la noche

Yo la ame y ella también me amo

Ahora bajo las estrellas que titilan

Mi corazón titila con ellas.



Yo adore todos sus lados:

A Isabella la poeta

A mi heroína Sofia

Y sobre todas las cosas a Viridiana.



Podría sollozar toda la noche

Y lo más triste es que no puedo

Mis ojos no cuentan con una sola lágrima

Los de ella tienes demasiadas.



Yo la ame y ella me amo

Le desgarre el corazón

Ella quebranto mi cordura

Y los dos quedamos vacios.



"""¿Cómo olvidarla si cada noche juega conmigo?

Si huye centellante con el alba...

Si roba la luz de la luna...

¿Cómo la olvido si la amo?"""



La ame, la amo, la amare...

Ella es inolvidable, única y deletérea

Es mi marca de veneno

La dueña de mi corazón.



Podría sollozar todas las noches

Toda la eternidad.



Cierra los ojos



Cierra los ojos

Deja que los recuerdos retornen

Que tu mente se pierda

Que se anegue en la mía.



Permíteme soñar otro día

Rozar tus labios

Tocar tu cabello

Besar tu frente.




Déjame pensar lo impensable

El sabor de tu sangre

La fragancia de tu cuerpo

Tu renacimiento.



No te asustes

Esto es imposible

Pero me gusta pensarlo

Soñar que eres mía.



Creer que me puedes odiar

Que te puedo beber

Que perdimos el cielo

Que tenemos fuero interno.



Voy a dejarme llevar

Sobrepasare todos los límites

Pierde el control

Es muy fácil solo:



Cierra los ojos...


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La emocion me embarga, estos poemas tan bonitos y conmovedores, me los dejaron dos personas muy especiales, muestran el amor de uno por el otro, aun en los momentos dificiles, y los ame nada mas leerlos.
Tengo que dar las gracias a su autor, "Cristian" por darme este regalo, y por supuesto a su dueña, por permitir que eso ocurra.
Vieron que comilleé un parrafo, solo es para hacerles ver, mi parte favorita, aunque era dificil elegir, todo esta perfecto.
En verdad no se como agradeceroslo, pero os dejare unas palabritas mias, solo para vosotros, espero os gusten chicos.




Dejame verte

En la corriente de mi sangre, se estremecían las burbujas del oxido,
corriendo por las venas de mi corazón, solo pensar en tu ausencia,
mi mente era torturada con el mayor de los suplicios,
déjame verte, solo verte, nada mas.
Deja que mis ojos descansen una vez,
puesto que la ausencia de tu cuerpo,
provoca en ellos un dolor inhumano.
Solo déjame verte, una vez,
para que la tempestad de mi forma no me entierre mas,
no me deje caer.
Apiádate de mí, y déjame verte,
que con eso solo resurgiré de entre mis cenizas y todo habrá pasado.

Gracias, oíste mis suplicas, me concediste mi deseo.
Nunca te arrepentirás de la decisión tomada,
yo nunca te dejare, por que solo déjame verte una vez más.
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Espero mis niños que os guste, mi pequeño obsequio en comparacion.
De todo corazòn, Os quiere Irene

martes, 18 de mayo de 2010

Las princesas delicadas





Las princesas delicadas
(Cuento infantil)

En un hermoso país donde los arroyos susurraban al aire, las montañas adornaban el cielo y las flores enriquecían el olfato, se encontraba el castillo más bello y fuerte, presidido por un Rey agradable y bondadoso.

Dicho Rey se llamaba Olias Rey del Mar, o así al menos le conocían.

Olias tenia la fortuna de estar casado con una bella esposa, que no era del todo humana, puesto que su raza era la de hada de los bosques, y hacia ya mas de veinte años que mantenían una relación de amor y devoción el uno por el otro.

Él, humano y ella hada, eran la pareja más dispar que existía en su reino, pero todos los hombres del país aceptaban de buena fe su relación.

La reina Marigold, pues ese era su nombre, era extremadamente amable con sus súbditos, regalando y ofreciendo todo lo que a su alcance tenía, para hacerles la vida un poco más fácil.

El destino les había obsequiado con tres bellísimas hijas, a cada cual mas hermosa, con tan solo un año de diferencia entre ambas.

La mayor tenia 18 años de edad y su cabello era como la seda, con labios carnosos y facciones dulces. Sus padres la habían puesto por nombre Daliena, que en el idioma de las hadas significaba fortaleza.

La mediana tenia 17 años de edad y su pelo largo y ondulado le caía por la espalda como cascada, con ojos del color del mar y mejillas siempre sonrosadas. Ella se llamaba Iris, en el dialecto de las hadas significaba gran belleza.

La mas pequeña de las hermanas tenia 16 añitos recién cumplidos y su cabello era dorado como el sol, fino y liso, tan largo que debía tener cuidado de no enredarlo con el movimiento, poseía labios de un rojo natural, que deslumbraba a cuantos se acercaran, y un profundo color azul oscuro en los ojos. Su nombre era Ahmis, que significaba sabiduría.

Todo en la vida de palacio era felicidad y armonía, las tareas de las princesas solo cesaban para dar paso al juego y la algarabía de sus tardes.

Las princesas tenían una peculiaridad inquietante, a causa de la mezcla en su árbol genealógico, un padre humano y una madre hada, tenían que ocasionar algún final inesperado.
A la corta edad de los cinco años, cada una de las princesas respectivamente, había experimentado un cambio en su aspecto físico, dejando asomar unas pequeñas marcas en sus espaldas, que con el crecimiento de sus cuerpecitos, se habían transformado en unas alas preciosas, de colores pasteles y tacto de seda.
Nada más lejos de la realidad, el que estos ornamentos, fueses desagradables a la vista, al contrario, las ofrecía un aspecto mucho más dulce y tierno.
Las alas de las muchachas no servían para mucho, eran un simple adorno.

Un día paseaban por el jardín del castillo, agarrados del brazo, el Rey Olias y su hija mayor Daliena, encaminando sus pasos por debajo de los rosales en flor, disfrutando del día en compañía el uno del otro, cuando un acontecimiento al parecer no tan liviano, los sorprendió, un pétalo de rosa cayo de su sitio, para estrellarse en la cabeza de la princesa, esta de inmediato cayo al suelo por el golpe y se desmayo.

Pensareis que fue una reacción un tanto exagerada, pero es que se me olvido decir que las princesitas eran muy delicadas.

Rápidamente la llevaron a la enfermería del palacio y allí pudieron comprobar que en su frente había un gran bulto, ocasionado por aquel fatídico pétalo de rosa.

Después de algunos días hospitalizada, se recupero, pero en el corazón del Rey se había hospedado el más negro pesar, puesto que su hija mayor jamás volvería a ser la misma después del fatídico accidente.

La consternación llego hasta lo más remoto del reino, haciendo que todas sus gentes, sintieran la preocupación por el Rey y su hija.

Pasaron los meses en el palacio, hasta que una mañana oscura y triste, todo el castillo despertó con el grito mas desgarrador, era la voz de Iris, que se alzaba alto desde sus aposentos. En una fracción de segundo todos los súbditos y el Rey y Reina, llegaron a la recamara de su hija mediana, para comprobar que era lo que sucedía.

Los gritos de la princesa eran de dolor, de un dolor punzante que se localizaba en su espalda, un poco más abajo de sus pequeñas alitas. Creyeron que quizás eran estas mismas las causantes de aquel sufrimiento, pero al levantar sus ropas, vieron que en realidad la herida rosada de su piel, no tenía nada que ver.

El doctor la reconoció y conjeturo que debía de tratarse de algo que se ocultara en su lecho. Las sirvientas movieron, buscaron e inspeccionaron toda la cama, pero después de muchos minutos sin respuesta, comprobaron que lo único que podía haber causado aquello, era una pequeña arruga en sus sabanas. Y así lo descubrieron, la princesa había sido herida, por una simple arruguita en la suave tela.

Después de muchos días de curas y ungüentos, la princesa se recupero, pero en el corazón del Rey había un gran pesar, puesto que su hija mediana jamás volvería a ser la misma después de aquella desgracia.

El Rey Olias, temía por la vida se su ultima hija sana, su pequeña y frágil Ahmis, que era entre las tres la mas desvalida.

A pesar de las negativas y peleas de su hija pequeña, el Rey decidió poner fin a su sufrimiento y encargar una urna de cristal, donde salvaguardar a su inocente niña.

Eran en verdad una urna muy fastuosa, con grabados en los bordes y colores relucientes, pero la princesa no mostraba un gran entusiasmo.

Pasaron las semanas, y el verano llego, y con el las flores, el verde y los animales, incluidos los bichitos mas pequeños. Uno de estos pequeños mosquitos, se coló dentro de la urna, en el mismo momento que una doncella, llevaba la comida a la princesa encerrada. Pero nadie se dio cuenta de la entrada del intruso.

El mosquito se acerco a la princesa y se posiciono delante de su hermoso rostro, y con el aleteo de sus alitas, hizo llegar una minima corriente de aire hasta la joven, para con ese acto, hacerla estornudar.

La princesa Ahmis, cayo enferma por un terrible resfriado, y al comunicarle a su padre, que había sido producido por un mosquito, el Rey entro en cólera.

La princesa sin duda se recupero, pasadas unas semanas, pero ya os puedo decir, que el Rey comprobó que su hija pequeña, jamás volvería a ser la misma después de aquel inconveniente tan desafortunado.

Y así termina la historia, con un Rey y una Reina, sumidos en la desesperación de nunca llegar a saber, cual de sus tres hijas, era en verdad la más delicada.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


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Que nervios, es mi primer cuento infantil, no seais malos conmigo, la idea no es del todo original mia, pero la redaccion y el contenido si, espero que os guste, y debo agradecer la vida de este cuento a Alejandra, que fue la que me convencio en escribir algo infantil. Bueno creo que no quedo del todo mal, ya me diran que les parece, un beso Irene.

lunes, 17 de mayo de 2010

Una mirada objetiva




Una mirada objetiva

Salir de casa y encontrarte en brazos y garras de otra que no seria yo, ni en una vida paralela, me causo un efecto diferente al de otros individuos, otro efecto final.

Y con una mirada objetiva, como el que mira através de un cristal tintado, que parece ser ajeno a ojos curiosos, por lo entrometido de su expresión, así es como me sentí al recordar tus tardes de nostalgia, pegado a otra parte de tu vida, otra parte en la que yo no podía ser miembro del reparto, una parte en la que no debía ser aceptada, una parte en la que no seria normal encontrarme.

Como te atreves a decir que todo es irrelevante, acaso no ves mi rostro compungido, acaso no te percatas de lo irritante de la situación, es que yo no significo nada mas que una cifra en tu cuaderno de anotaciones, como el teléfono nunca marcado de la agenda negra de tu bolsillo trasero.

Ya me diste la respuesta, si, me la ofreciste hace mucho tiempo atrás, pero como de cegados estaban mis ojos, para no ver que de eso se trataba, una atracción, un deseo, una falsa cercanía y fidelidad.

Pero no me importa, porque estas palabras me las guardare por siempre y ahora seré yo quien se aproveche de ti, ahora seré yo quien sin sufrimiento alguno, coja lo que quiere de tu persona, ahora seré yo quien extraiga el jugo y sustancia de tu tiempo, para saciarme de el y no sentir sed nunca mas.

Hasta que tu cuerpo quede sin vida. Y utilizare el camino, para desengancharme de ti cada día un poco más, cada día una franja más, cada día un ápice de terreno mas, hasta que solo de ti quiera lo físico, lo lujurioso, lo carnal. Y entonces así lo haré, dejándote seco, solo y vacío. Porque yo seré la fuerte y dueña de mi vida, de mis pasos.

Gracias por abrirme los ojos antes de acabar conmigo del todo, amor.

sábado, 15 de mayo de 2010

PREMIOS

Mis primeros premios en este blog

Pues que ilusion me hicieron.

Darle las gracias por supuesto, a la autora de dicha felicidad recorriendo mi cuerpecito, Yaiza.
Aqui sus blogs, visitenlos son muy especiales, de nuestra saga predilecta Twilight.

todo-por-un-amor.blogspot.com/
una-historia-de-amor-diferente.blogspot.com/
Yai Ruth y Aco en Edward y Bella

Te querré siempre, princesa.

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La niña, mi niña




LA NIÑA, MI NIÑA

La niña ilumino sus vidas con un destello casi sofocante, dejando sus cuerpos exhaustos, por la excitación del nuevo futuro que ante ellos se presentaba, todo había cambiado, todo en sus vidas nunca seria igual, dejando los momentos pasados como simples anécdotas de sociedad, para empezar ahora con el verdadero recorrido de sus existencias, la niña lo había cambiado, lo había cambiado todo.

Ese pelo negro y puntiagudo que ahora sabemos con certeza cambiaria a un precioso rubio y moldeable, esos ojos oscuros que tornarían con el pasar de los días a un ambariño, delicioso marrón, cual era la belleza de su rostro, tan encandilados te dejaban sus encantos que no podías dejar de mirar sus movimientos.

Mi niña, que aunque de mi no tenia nada, que a mi genética no se acercaba, ni siquiera en un parentesco por ley, pero que había despertado todo el amor posible en mi persona, mi niña, ella lo era todo, era la luz de mi mirada, una sola sonrisa valía para que todo dejara de tener sentido en mi mundo, y compartirla con los míos era aun mejor.

Mi niña, mi Daniela, eres tan especial, que tendré que tener cuidado de no dejarte llevar, de que no me la arrebaten las horas del reloj, puesto que todos a tu alrededor estarán deseosos de compartir tus días y momentos.

Mi niña, mi Daniela.

Te quiero mi princesa boca de fresa.

Feliz cumpleaños cariño.

15/5/2010

lunes, 10 de mayo de 2010

LLEGASTE A MI VIDA

LLEGASTE A MI VIDA


Y entonces llegaste a mi vida,
como un torrente de sangre a la herida palpitante,
como un soplo de azúcar al contorno de mi amarga boca,
como el trocito de costilla a mi inconcluso pecho.

Y llegaste para calmar el martilleo
del reloj biológico que dentro de mi gritaba,
llegaste para hacer florecer el instinto de servidumbre,
temor, preocupación, cariño y amor que tanto mi ser aclamaba.

Llegaste a mis brazos envuelto en esa angosta gelatina,
que pasaba desapercibida por tu belleza, tu angelical rostro

Y entonces lloraste,
como el pimpollo en el desierto,
pero no duro mucho,
solo hasta que con mis brazos protectores,
te ungí de calor y necesidad

Prometerte la mayor de las devociones,
el mayor de los delirios de salvaguardar tu inocencia,
cobijar tus pasos, guarecer tu camino
y preservar tu futuro para toda la eternidad

Mi ángel, mi luz, mi vida, mi todo….

Mi hijo, parte de mis entrañas, de mis sueños

Que tanto me ofrecías tú, que sin nada viniste a la vida
y con todo te encontrabas en ella, yo te lo proporcionaría

Que tanto vacío llenabas,
que hasta ver tu rosado rostro no sabía que tenía

Completa, si, eso estaba ahora, completa
Tú completaste mi vida en tan solo un segundo

El segundo que tarde en poner mis temblorosas manos extasiadas
en tu forma reciente, temprana, sutil y débil

Te prometo hijo que jamás tendrás que sentirte solo,
jamás tendrás que esperar por mi, porque todo te daré

Te quiero amor, te quiero Carlos




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¡¡Felicidades Carlos!!, hoy hace tres años que viniste a mi vida, para iluminar mis dias y soñar mis noches, te quiero hijo y te lo demostraré estando siempre contigo.

"10_Mayo_2010"

sábado, 8 de mayo de 2010

Capitulo 8 Y en la otra vida




Capitulo 8

Vidas unidas


El tiempo se escapaba de entre mis dedos, solo faltaba una hora para tener que dejar a la culpable de mi felicidad, en su casa.
Con dificultad nos separamos para poder volver a respirar con calma, de nuestros enérgicos besos y nuestras celosas caricias.

Volvimos caminando hacia la parada de autobús, intentando no pensar en las horas que pasaría sin verla, e imaginando que el día siguiente tuviese una aparición temprana.

Ya nos encontrábamos en la que me dijo era su calle, un residencial de chalets a todo lujo, que opuesto se veía a la ubicación de mi residencia. Paramos frente a una casa, su casa, de paredes color crema con asombrosos ventanales y detalles pulcros en su forma.
Mis ojos no querían mirar más de lo necesario, ese recordatorio que era no poder ofrecerle nada más de lo que ella ya tenía. Venir de una familia humilde nunca me había importado, pero en estos momentos, envidiaba a cualquiera que se acercara a ese mundo desconocido, de los acaudalados y ricos que serian seguro amistades de sus padres.
Supongo que mi cara reflejo mi nerviosismo y como si pudiera leer mi mente, me dijo,

_ Esta casa es demasiado grande para una familia tan pequeña, mis padres no lo pensaron cuando la tuvimos que alquilar. Pero bueno solo es un sitio donde dormir ¿no?

Pobre mi niña, intentaba consolar mi alma torturada, haciéndome creer que la casa no era nada del otro mundo, que lo material para ella no tenia importancia, y claro que no lo tenia, ahora, hasta que le faltara.

La bese en la mejilla como despedida, y profundamente dolorido ante ese gesto de final, me di la vuelta y camine cabizbajo por la acera. Al volver la esquina, totalmente torturado por la escasa distancia que ya había creado entre nosotros, me decidí en volver la cara y mirar como había pasado ya a casa, pero no era así, todavía me miraba y sonreía de satisfacción al hacerlo, dándome la energía que necesitaba, para aguantar la tortura de su ausencia durante una sola noche, una sola noche, me gritaba interiormente.


Los días pasaban rápidos, dicen que cuando eres feliz el tiempo tiende a comportarse como un estupido indulgente y corre a mayor velocidad quitándote todo a su paso, pero no me importaba, estar cerca de ella era el sustento que tanto necesitaba mi ser.
Después de dos meses juntos, todo era aun mejor, ya los compañeros no nos miraban como lelos, éramos parte del decorado del instituto, una parte conjunta, donde todo era igual para ambos, las mismas clases, los mismos pupitres, los mismos sitios, las mismas horas, todo, todo era perfecto. Las tardes las pasábamos en nuestro lugar secreto, nuestra ladera, perdida del estorbo del resto de la humanidad, los días que no hacia bueno o simplemente no queríamos ir tan lejos, nos conformábamos con estar en mi casa, pero tenia el inconveniente, de que mi madre llegaba antes de que Sam tuviera que irse y eso recortaba nuestro tiempo juntos. Ya se conocían claro, pero evitaba que hubiese un exceso de contacto entre ellas, pues hasta esa efímera ausencia me perforaba el alma. Muy absorbente, lo se, muy egoísta y avaricioso, pero no lo podía remediar. El único consuelo era que ella usaba el mismo baremo hacia mí.

Me encontraba como en familia hablando con su hermano menor, era una personilla curiosa, su mente trabajaba muy diferente a lo establecido, a primera vista parecía un crío desordenado y ausente, pensando siempre en las nubes, con la vista perdida. Pero conforme le conocías te podías dar cuenta de cómo un corazón rebosante de bondad le ocupaba todo el pecho, era tan dulce y tierno su modo de ver las cosas, que te contagiaba ese sentimiento rápido. Ayudaba mucho también que desprendiera con talento el amor a su hermana, y así compartíamos una cosa en común.
Pasaba ratos con nosotros, pero enseguida se cansaba de nuestras miradas enamoradas y nuestros roces esporádicos, y se marchaba de nuestro lado para unirse a algún grupo de chicos.
Algunas tardes nos acompañaba al cine o al parque, pero dejo de hacerlo tan a menudo al comprobar, que no le prestábamos toda la atención que el pretendía, y es que el pretendía mucha.

Todo a mí alrededor era maravilloso y parecía que mi vida no podía estar más plena.

Le mostré a mi amada, mi pasión por la música y como me manejaba con la guitarra, incluso la compuse unas canciones, pero al enseñárselas la hice llorar y me golpee mentalmente por ello. Su reacción me sobrecogió, para después explicarme que la habían emocionado y que lloraba de alegría. Hubo una cosa que no pude comprender de aquel día, mis composiciones eran una invención de mi mente, por supuesto nunca oídas, ni siquiera me gustaba incentivarme e inspirarme en ningún otro músico, yo solo sacaba de mi cabeza las notas para luego darles vida. Pero ella al escuchar una de esas canciones, la que más me había gustado y la que más me recordaba a ella, me dijo que ya la había oído, con lágrimas en los ojos y mirada de nostalgia. La corregí, diciendo que era imposible, nunca antes la había tocado ni yo ni otra persona. Después de una corta discusión al respecto, decidimos dejarlo correr.

Era nuestro aniversario, habían pasado tres meses, desde la primera vez que la vi entrar por la puerta del aula de matemáticas, en la clase del profesor Clifford, momento que todo lo que hasta entonces conocía cambio, y ella lleno las lagunas de mi soledad.
Ese día la compre un broche de plata, era sencillo pero muy bonito, ya le había visto en el escaparate de la tienda en varias ocasiones, pero no sabia que momento usar para dárselo, y además tenia que gastarme parte de los escasos ahorros de los que disponía.
Estaba nervioso por su reacción, quizás no le gustase mi regalo, no era muy ostentoso y tampoco muy caro, comparado con las glamorosas joyas de su madre.

Pero el cuerpo se me helo, al verla aparecer por la esquina del instituto esa mañana, tenia la cara descompuesta, de un color mas tirando al verde que a otra cosa, ¿quizás estaba enferma?, no pude mas que echarme a correr hacia ella, para comprobar su estado mas cerca.
Al ponerme frente a Sam, cambio el gesto rápidamente, simulando encontrarse bien, aunque sus ojos gritaban lo contrario.

_ ¿Qué te pasa amor?_ dije ahogando un grito

_ ¡ooh!.... Nada…. Nada de verdad, estoy bien

Pero eso no era lo que parecia, y la conocia tan bien que sabia a la perfeccion cuando me estaba ocultando algo.

_ Sabes que puedes contarme lo que quieras, si es que estas enferma, debemos ir al……

Pero ella me cortó rápidamente e intentando parecer casual, me dijo,

_ No, en serio, estoy bien…. Es solo que….. Bueno solo es que he discutido un poco con mi madre, pero no ha sido nada, peleas familiares. No te preocupes ha sido algo sin importancia. Además no he podido desayunar y creo que estoy un poco mareada por la falta de azúcar._

Sus palabras no sonaban del todo sinceras, pero tampoco podía saber si mentía. Decidí dejarlo correr por el momento, la sentía incomoda, hablando de intimidades delante de todo el alumnado. Agarre su mano para infundirla seguridad en mi, y me adentre en el edificio, llegando con facilidad a la cafetería. A primera hora de la mañana estaba cerrada, puesto que el horario empezaba en el descanso, pero al lado de la puerta de entrada había una maquina dispensadora de botes y sándwiches. Saque unas monedas del bolsillo trasero de mi pantalón y pulse las teclas.

Después de comer y beber todo lo que la había comprado, nos dirigimos a clase, y esta ya había empezado.

_ Sentimos llegar tarde profesor, pero es que Sam no se encontraba bien._ no solo lo dije para que nos disculpara el retraso, sino anticipando la retirada, si no veía que ella se sintiera mejor, no iba a soportar que pasara un mal rato solo por no hacer novillos.

La clase paso rápido, y las siguientes también, Sam parecía estar bien, quizás si que solo era falta de nutrición. Nos encaminamos hasta el banco del patio que ya nos pertenecía y empecé con cautela a sacar la conversación.

_ ¿De que fue lo que discutisteis, tu madre y tú?

Ella titubeo un instante, pero pude ver que no la hacia gracia contestar mi pregunta. Quizás era algo que no me incumbía, pero es que cualquier cosa que a ella la afectara tanto, era para mí un motivo de preocupación.

_ Ya te dije, no fue nada, cosas de madre e hija…. Cosas… femeninas.

Esa respuesta no la podía rebatir, ¿Qué la iba a preguntar? ¿Que cosas femeninas?

Me sorprendió mucho su forma de hablarme una vez que salimos del instituto. Yo pensaba que pasaríamos la tarde juntos como siempre, pero ella me dijo que tenía que hacer algunas cosas en casa y que en vez de quedarse hasta tarde conmigo, solo estaría hasta las cinco. Bueno eso acortaba mucho el tiempo del que disponía, pero tampoco quería ser demasiado posesivo ¿no?

Por la falta de tiempo, dimos un corto paseo por el parque más cercano a la parada del autobús. Al despedirse de mi, me dijo,

_ Mike, mañana sábado me gustaría que no hicieras planes, tengo una sorpresa que darte. Por la mañana iremos a un sitio especial. Recógeme en casa a la doce ¿quieres?

_ ¿He de ponerme elegante, o algo así?.

_ No, puedes ir como quieras, así mismo estas imponente Señor Meeden.

Rozo mis labios con la yema de su dedo índice y mi bajo vientre se convulsiono. Era tan fácil dejarme llevar por mi amada, que no pude resistir posar mis labios contra los suyos y estrecharla contra mi pecho, hasta que ella soltó un pequeño gemido al notar la proximidad de mi placer.
Todavía no habíamos dado el paso, la respetaba mucho y no quería que pensara que solo estaba con ella por su escultural cuerpo, aunque era una buena cualidad, pero el amor por su persona era mucho más fuerte, y esperaría hasta que ella me lo pidiese.

Tuvimos que separarnos, puesto que el autobús ya tomaba su marcha.

Al día siguiente la fui a buscar a casa, cuando abrió la puerta me impresiono su aspecto, sublime podría decir, su monumental cuerpo estaba envuelto en un vestido que dejaba muy poco a la imaginación, la tela no sabría decir si era raso o no, se resbalaba por sus caderas y se pegaba abruptamente en sus pechos y vientre. Pero no fue nada, hasta que poniendo una de mis manos en su hombro, introduciendo un dedo debajo del tirante, se le endurecieron los pezones y estos calaron la fina tela azul. Mi autocontrol no era muy abundante en ese momento y tuve que apartar la vista para que no notara la excitación de mi mirada.

_ Me alegra que hayas sido puntual. Siento haberte mentido, no iremos a ningún sitio, hoy nos quedaremos en mi casa. Mis padres han salido temprano para todo el día con mi hermano y no volverán hasta altas horas de la madrugada. Un viaje de unos quinientos kilómetros más o menos.

Sus palabras me confundían, mis manos, mi mente y todo mi ser, no aguantarían todo un día a su lado, sintiéndola tan cerca sin hacerla mía por completo, y menos con aquel vestido tan poco apropiado, poco apropiado para salvaguardar su virginidad y mi aguante.

Pero en poco tiempo me di cuenta que esa cita, esa soledad, ese arrebatador vestido, tenían proyectos propios y la conmoción vino a mí. ¿Seria verdad lo que estaba fraguando mi mente? ¿Querría ella que este fuese el día?
Si solo era mi imaginación, me estaba jugando una muy mala pasada.

Mis sospechas se acentuaron por completo, cuando me llevo de la mano al sillón de la gran sala de estar. Aquel sillón era un tercio más grande que mi cama. Se inclino hacia mí y en un susurro en mi oído me dijo,

_ Ya va siendo hora que tu y yo demos el siguiente paso ¿no crees?

No pude contestar, mi garganta estaba inflamada, me dolían intensamente los músculos al tenerlo todo contraídos por el deseo, y sin dejarla ver mis dudas, la empecé a besar el cuello y los hombros. Sus labios buscaron los míos y pronto todo empezó a volverse del tono mas oscuro que había visto, nublando mi consciencia.
Cuando nuestras respiraciones parecían no poder ir más deprisa, la aposte entre mis brazos y alzándola en el aire la subí las escaleras, hasta llevarla a donde sabía se encontraba su dormitorio, dejándola suavemente en la enorme cama.
La ropa de ambos no fue un estorbo, despacio cayo al suelo, dejándonos expuestos, mientras yo miraba la silueta más exquisita que jamás hubiera imaginado. En efecto la ropa no la hacia justicia. Nada más bello que su cuerpo desnudo podría existir en la tierra.

Nos besamos, lamimos, chupamos y acariciamos, durante todo el proceso. Nuestros cuerpos encajaban a la perfección como si pertenecieran el uno al otro, como si los hubiesen creado juntos, para luego cortar entre ellos, y ahora ya estaban las dos mitades de nuevo unidas.
La pasión que emanaba de nuestro contacto no ceso, explotando en millones de pedazos y estas en millones de veces, en millones de segundos, hasta que el aturdimiento y el cansancio nos hicieron mella. Mi hermosa Sam había pensado en todo, desde la protección que en este momento tan necesaria era, hasta el sustento que necesitaríamos después.
Bajo hasta la cocina y reapareció con una bandeja de suculenta comida, que consumimos en la cama, para acompañarla con el postre mas delicioso.

No me cansaría nunca de esto, su proximidad, su cuerpo, sus movimientos, sus gemidos de placer, la razón de mi existir me regalaba en innumerables veces la explosión que mi cuerpo pedía.

Pasaron las horas y el día mas feliz de toda mi vida llegaba a su fin. Como separarme de ella después de esto, una noche en mi solitaria cama, me parecería el mismísimo infierno, al no sentirla cerca de mi, dentro de mi y yo dentro de ella.


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Espero que la espera haya valido la pena, el capitulo me salio bien largo, y emocionante, pero os voy a adelantar un detalle del proximo, para que veais que no soy tan mala.
El titulo del siguiente capitulo es: "El accidente"
Espero haber despertado vuestra curiosidad
Un beso a todos mis lectores y comenten por favor que les parece mi forma de contar las cosas.

Perdón por la tardanza

Hola mis queridos lectores, ya se que tengo un poco olvidado este blog, puesto que ya han pasado unos dias de los ultimos capis de "Y en la otra vida" y "Balady", pero os prometo, que estoy trabajando en ello.

Solo os dire que prometo colgar antes del lunes el capitulo 8 de "Y en la otra vida", con titulo _Vidas unidas_

Un beso para todos, los quiere Irene.


miércoles, 5 de mayo de 2010

Solo cúlpame de todo por favor




Solo cúlpame de todo por favor

Cuando fuiste al extremo del mundo para escapar de mi,
no entendí que fuese de una inminente necesidad ese comportamiento.

Cuando derramaste el nerviosismo de tus ojos en el pañuelo de mi camisa,
no entendí que ese acto te diera gran descanso.

Cuando detonaste en millones de fragmentos desparramados por el linóleo de mi morada,
no entendí que su recogida fuese tan dificultosa.

Cuando me dejaste ver el dolor de tus heridas,
no entendí que aquella masacre la habían hecho mis actos.

Cuando desapareciste en la más negra de las tinieblas,
no entendí que tu regreso fuese en tales condiciones de rotura.

Cuando al fin entendí que lo difunto en ti,
lo inhumano, lo doloroso y desmadejado que habitaba en tu ser,
era solo culpa mía.

No pude abrir mi dialogo para calmar tu agonía,
la extinción del amor de tu ser, el trance por el que pasabas.

Tú sin duda eras la victima en mis manos,
las manos del asesino de la energía y el espíritu.

¿Por qué has vuelto?
¿Acaso no te hice todo el deterioro y quebranto que alguien pueda ocasionar al prójimo?
¿Acaso no te prive de la vida y el amor?
¿No deberías como persona racional huir de mi lado para por siempre?

Y te resignas,
todavía intentando comprender que no soy lo que soy,
todavía intentando etiquetar mis hechos como naturales,
mis episodios como benignos.

Mujer incauta, no te culpes por los desperfectos de tu contorno,
solo hay un culpable aquí y ese soy yo.
El ladrón de tu felicidad en la tierra.

Cúlpame de lo amoratado de tu semblante,
de la sustancia gris derramada con violencia sobre ti,
cúlpame y corre, vuela, lejos, tan lejos que no te sienta.

Pedir disculpas no me resarcirá,
no te reconstruirá otra vez.
No tengo nada que darte,
nada con que compensarte.

Solo vete y cúlpame de todo por favor.

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Prometo que el proximo relato corto, sera feliz, alegre, pero es que este tenia un cometido especial.
Espero os guste, miradlo como lo que es, un relato duro, de maltratos de algunas personas hacia otras, solo eso, nada mas.

domingo, 2 de mayo de 2010

Egoísta




Egoísta


Te di una vida de servidumbre
Te entregue mi cuerpo y alma en todos los sentidos imaginables
Te serví mi mundo para hacerlo tuyo
Te proporcione un lecho para hacer tu existencia confortable
Te cedí todos los derechos sobre mi persona
Te procure salvar de una vida de soledad monótona
Te surtí de cuanto en mis arcas había
Te abastecí de calor en el hielo y frescura en el fuego
Te facilite mis recuerdos y secretos

Tanto de mi se perdió en ti, por ti
Ahora así me compensas, así me pliegas
Ahora así me quitas el aliento y la cordura

Parando indefinidamente mi corazón
Para convertirte en ese ser egoísta que habita en ti
Quizás no te has convertido sino que estuvo oculto todo este tiempo,
engañándome, traicionándome,
para tergiversar el porque de mis anteriores ilusiones.

¡¡Egoísta!!

Pateas mi organismo para simular una falacia atracción
Egoísta es el que nunca mira más allá de sus zapatos, de sus deseos
Cuanto de mi has recibido, sin yo esperar nada a cambio
Nada a cambio, si, pero con la esperanza de un párvulo amor en mi dirección
De una efímera brisa de tu calor en mi piel

Solo en eso te convertiste

Egoísta

sábado, 1 de mayo de 2010

"Imformacion"





A todas mis seguidoras decirles que tengo un nuevo blog, dedicado a Twilight, como la continuacion de Amanecer, les digo por si no se dieron cuenta.
Es muy diferente a este, no solo por el hecho de que vaya diriguido exclusibamente a Crepusculo, sino por que ademas contiene "lemon", hacia tiempo que venia pensando en enbarcarme en un trabajo asi, espero que si se pasan por el les guste, un beso y un saludito.
Un blog para mentes abiertas y sin complejos.
esperadoanochecer.blogspot.com